ESTOS SON NUESTROS PASTORES:
"El Padre José de Jesús Pacheco Carrillo ha vuelto a la Casa del Padre"
El Padre José de Jesús nació el 8 de enero de 1928 en Zapotitlán Salinas, Puebla; era el cuarto de los seis hijos del matrimonio formado por los señores Rafael Pacheco García y Sofía Carrillo Santiago.
Descubrió su vocación sacerdotal desde niño, al participar de la Santa Misa, incluso jugaba a poner altares. El Párroco de su pueblo, Pbro. Eleazar Fierro y su maestro de primaria, Profesor Miguel Carrillo Garzón, fueron el principal apoyo en su formación; estudió en el Seminario Pontificio de la Santa Cruz, aquí en Oaxaca y luego en el Seminario de Montezuma, en Nuevo México, en donde fue ordenado Sacerdote el 2 de junio de 1951; y su Cantamisa la celebró el 15 de julio del mismo año, en la Iglesia del Carmen, en Tehuacán, Puebla, con la presencia del Arzobispo Don Fortino Gómez León.
Consagró su vida al trabajo apostólico en distintas comunidades oaxaqueñas como Etla, San Juan Yaeé, Loma Bonita (donde fue el primer Párroco y por eso fue invitado especial cuando celebraron los 50 años de su fundación como Parroquia); estuvo también en Huautla de Jiménez, en Ayutla, en Santa Cruz Itundujia (donde caminaba hasta 12 horas para llegar a sus comunidades y muchas veces tuvo que dormir en el monte); también estuvo en Santa Catarina Juquila, en Magdalena Yodocono, en San Andrés Zautla, en la Basílica de la Soledad y finalmente en Santa Cruz Xoxocotlán.
Su sobrino José María nos comparte que era un tío muy querido, que su visita era una fiesta para la familia, por la alegría, la sencillez, el alma limpia del Padre Pacheco; quienes tenían la dicha de convivir con él, lo consideraban un santo alegre, sencillo y servicial, que comenzaba el día rezando y tenía una devoción especial por la Santísima Virgen María, en todas sus advocaciones.
Sus feligreses lo recuerdan como un hombre caritativo, comprensivo, responsable, lleno de paz; tenía la alegría de un niño, disfrutaba compartir la comida con todos; cuando estaba en la Sierra cocinaba e invitaba a la gente a compartir sus alimentos; se encargaba de conseguir zarapes y otras cosas para darle a la gente necesitada.
Entre sus compañeros Sacerdotes era muy querido y respetado, lo reconocían por su sencillez, su entrega pastoral, dicen que jamás lo escucharon expresarse mal de alguien. La Misa exequial fue presidida por Mons. José Luis Chávez Botello, concelebrada por casi una decena de compañeros suyos en el Sacerdocio (muchos de ellos no pudieron llegar por los bloqueos que ese día flagelaron nuestra Ciudad); participaron también cientos de fieles católicos. Y es que era un Sacerdote muy querido, llama la atención que durante los diez días que estuvo hospitalizado, sus feligreses no dejaron de hacerle "guardia", pues deseaban estar cerca de su amado pastor, quien aún postrado en una cama, casi sin fuerzas, seguía rezando y aún cantando, incluso le escuchaban celebrar la Santa Misa. Por insistencia de los fieles, los restos del Padre Pacheco descansan en el panteón municipal de Xoxocotlán y no en la Catedral como se había planeado.
LUBIA ESPERANZA AMADOR.
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