Lectio Divina: 2° Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A)
Oración inicial
Estás conmigo y yo comenzaré a resplandecer como tú resplandeces; a resplandecer hasta llegar a ser luz para los demás. La luz, oh Jesús, vendrá toda de ti: no será nada mérito mío. Serás tú quien resplandece, a través de mí, sobre los demás. Haz que yo te alabe así, en el modo que más te agrada resplandeciendo sobre todos aquellos que me rodean. Da la luz a ellos y dame la luz a mí; ilumina a los otros juntamente conmigo y a través de mí. Enséñame a defender tu alabanza, tu verdad, tu voluntad. Haz que yo te anuncie no con las palabras, sino con el ejemplo, con aquella fuerza de atracción, aquella influencia sólida que proviene de lo que hago, con mi visible semejanza a tus santos y con la clara plenitud del amor que mi corazón nutre por ti. (Newman, John H., Meditations and Devotions).
1. Lectura (Lectio): ¿Qué dice la Palabra de Dios?
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 29-34
En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús, que venía hacia él, y exclamó: “Éste es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo he dicho: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que él sea dado a conocer a Israel”.
Entonces Juan dio este testimonio: “Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión: El Cordero de Dios es nuestra salvación
Los textos de los evangelios de este domingo, junto con el anterior y el próximo domingo, tienen como fin, darnos una primera presentación de Jesús.
El evangelio de este domingo, nos pone frente a dos imágenes de animales de mucha profundidad espiritual en la Sagrada Escritura: el cordero y la paloma. Vamos a enfocar nuestra meditación, en la imagen del cordero, sin olvidar hacer una breve meditación sobre la imagen de la paloma.
a) El cordero
Esta primera imagen que nos presenta el evangelio de San Juan es propia de su evangelio. Hay tres referencias que la Escritura nos da sobre este símbolo que nos ayudaran a la meditación.
- Cordero pascual
Para el evangelista san Juan, Jesús ha sustituido al Cordero de la Pascua Judía, al Cordero pascual. El evangelista nota que eran las 12 del día cuando Pilato entregó a Jesús para ser crucificado (19,14), es la misma hora en que los sacerdotes comenzaban a sacrificar los corderos pascuales en el Templo para la fiesta de la Pascua. Otro simbolismo lo tenemos en el momento en que Jesús estaba en la cruz, una esponja empapada en vinagre fue levantada hacia Él con una caña (19,29), era la caña o hisopo la que se mojaba en la sangre del cordero pascual para rociar las jambas de las puertas de los israelitas (Éx. 12,22). Y más adelante, cuando narra que a Jesús no le rompieron las piernas, observa que “eso sucedió para que se cumpliera la Escritura: ‘No se le romperá ningún hueso’” (19,36).
Jesús es, como el cordero de Pascua, un Cordero que proclama la “liberación”, pero una liberación radical: la liberación de la esclavitud del pecado. Existe un paralelismo entre la sangre del cordero rociada sobre las jambas de las puertas como signo de liberación y la sangre del cordero ofrecido en sacrificio de liberación. La idea de Jesús-Cordero pascual se encuentra además en Hch 8,32; 1 Cor 5,7; 1 Pe 1,18-19.
- El Siervo de Yahveh
Esta figura del Siervo de Dios sufriente o de Yahveh es el sujeto de cuatro cantos en el libro del profeta Isaías: 42,1-4.7.9; 49,1-6.9.13; 50,4-9.11; 52,13-53,12.
«Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca» (Is 53,7). El apóstol Felipe aplica esta descripción a Jesús, cuando le explica las Escrituras al etíope eunuco (Hch 8,32-35), y también la semejanza entre el Siervo sufriente y Jesús se aplicaba por los cristianos (ver Mt 8,17 = Is 53,4; Heb 9,28 = Is 53,12).
Hay un aspecto interesante que vale resaltar: se dice que el Cordero de Dios quita el pecado del mundo. En Isaías 53,4.12 se dice que el Siervo lleva o se carga los pecados de muchos. Jesús, el “Siervo-Cordero de Dios”, no solamente carga y toma sobre sí el pecado de muchos, sino que lo quita, lo destruye, lo hace desaparecer. Además, sustituyendo la frase “el pecado de muchos” por “el pecado del mundo”, el autor proclama el universalismo de la salvación obrada por Jesús.
- Señor de Señores y Rey de Reyes
A nivel del evangelista, Jesús se declaró “rey” ante Pilato antes de que éste lo condenara a ser crucificado (Jn 18,37). Además, el Apocalipsis, obra de la escuela joánica, presenta al Cordero como el Pastor de los pueblos (7,17) y como el Cordero “Señor de señores y Rey de reyes” que vencerá a las potencias del mal en unión con los suyos, los llamados, los elegidos, los fieles (Ap 17,14).
b) La paloma
Este símbolo tiene varios aspectos. Analicemos tres para nutrir nuestra meditación.
- El evangelio puede aludir al Espíritu que planea sobre las aguas al comienzo de la creación del mundo (Gn 1, 2) Un texto rabínico indica que, en aquel tiempo, «el Espíritu de Dios planeaba sobre la superficie de las aguas como una paloma que vuela sobre sus polluelos sin tocarlos» (Talmud de Babilonia, Hagiga, 15a).
- También puede establecerse una relación con la paloma del diluvio (Gn 8, 8-12), que señala el final del castigo divino y el comienzo de una nueva era.
- «Paloma» se dice en hebrero yonah, que es precisamente el nombre del profeta Jonás, mensajero de la conversión y del perdón de los paganos ¿Sera entonces la paloma una representación simbólica de la misión de Jesús?
El Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino, advierte hermosamente que, en el momento de su bautismo, fue convenientísimo que el Espíritu Santo descendiera sobre Jesús en forma de paloma, para significar que todo aquel que recibe el bautismo de Cristo se convierte en templo y sagrario del Espíritu Santo y ha de llevar una vida llena de sencillez y candor, como la de la paloma, como advierte el mismo Cristo en el Evangelio (Mt 10, 16).
2. Meditación (Meditatio): ¿Qué me/nos dice el texto?
Algunas pistas para tu meditación, toma las ideas de la lectura previa para enriquecer tu meditación.
- Jesús-Cordero Pascual que quita el pecado del mundo, es, mejor dicho, aquel que quita el pecado de mi vida, y me da la liberación.
- ¿Qué pecados quiero que Jesús me perdone? ¿Hace qué tiempo que no me acerco al sacramento del perdón (confesión)?
- Jesús es el Siervo de Dios quien carga sobre si todos los males y pecados, ¿Me he sentido cargado por algún mal?
- Como bautizado ¿cómo ha sido mi relación con el Espíritu Santo? Este es un buen momento para pedirle que venga sobre ti, como vino sobre Jesús.
3. Oración (Oratio): ¿Qué le respondo al Señor?
- Jesús, tu que eres el Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, quita todos los pecados que hay en mí. Libera mi corazón de todo aquello que lo ensucia y que no me deja vivir en paz.
- Gracias Jesús por ser el Siervo de Dios, y cargar sobre ti toda mi maldad para liberarme de ella. Te entrego todos mis vicios para que tus los conviertas en virtudes.
- Ven Espíritu Santo, desciende sobre mí como descendiste sobre Jesús en el Jordán. Hazme sencillo y santifícame para llegar a ser como Jesús.
- Madre Inmaculada, a quien el Espíritu Santo cubrió con su sombra, intercede para que pueda vivir lleno de Espíritu Santo y ser dócil a sus inspiraciones como lo fuiste tú.
4. Contemplación (Contemplatio)
- A Juan Bautista mostrando al Cordero de Dios, que nos trae la liberación de todos nuestros pecados ¿Les muestro a otros a Jesús como su salvador? ¿Doy testimonio a otros de mi encuentro con Jesús?
- Jesús recibiendo el bautismo, descendiendo sobre él Espíritu Santo como paloma, y recordar que eso mismo sucedió el día de mi bautismo, cuando me hice hijo de Dios.
5. Actúa (Actio): ¿A que me compromete la Palabra de Dios?
- Invitar algunas personas a vivir un retiro de kerigma.
- Repetir con frecuencia: “Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad y misericordia de mí”.
- Buscaré confesarme en esta semana sino lo hecho últimamente.
Oración final
Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas los cielos y la tierra, escucha con amor las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Bibliografía:
- Lectio Divina: 2º Domingo del tempo ordinario (A). (2017). Ocarm.org. Recuperado el 14 de Enero de 2017, desde: http://www.ocarm.org/es/content/lectio/lectio-divina-2-domingo-tempo-ordinario
- Zevini, G., Cabra, P., & Gordón, F. (2003). Lectio divina para cada día del año: Domingos del Tiempo Ordinario. Volumen 13 (Ciclo A). Estella (Navarra): Verbo Divino.
- Carrillo Alday, S. (2010). El Evangelio según San Juan. Estella: Verbo Divino. pp. 106-113.
- Equipo "Cahiers Evangile". (1986). El Espíritu Santo en la Biblia. Estella: Verbo Divino. p. 27.
- Royo Marín, A. (1987). El gran desconocido. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. p. 40.
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