CATÓLICO INSTRUIDO, NO SERÁ CONFUNDIDO.
"La Santísima Trinidad"
Hoy, el domingo después de Pentecostés, celebramos en nuestra Liturgia la Solemnidad de la Santísima Trinidad, misterio central de nuestra fe, cuyo nombre viene del latín eclesiástico Trinitas: "reunión de tres".
Nuestra Iglesia expresa su fe trinitaria confesando su existe "un solo verdadero Dios, inmenso e inmutable, incomprensible, todopoderoso e inefable, Padre, Hijo y Espíritu Santo: Tres Personas, pero una esencia, una substancia o naturaleza absolutamente simple” (IV Concilio de Letrán). Las tres divinas Personas son un solo Dios porque cada una de ellas es idéntica a la plenitud de la única e indivisible naturaleza divina. Las tres son realmente distintas entre sí, por sus relaciones recíprocas: el Padre engendra al Hijo, el Hijo es engendrado por el Padre, el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Inseparables en su única sustancia, las divinas Personas son también inseparables en su obrar: la Trinidad tiene una sola y misma operación. Pero en el único obrar divino, cada Persona se hace presente según el modo que le es propio en la Trinidad.
La Santísima Trinidad es un misterio, pues si bien Dios ha dejado huellas de su ser trinitario en la creación y en el Antiguo Testamento; lo cierto es que la intimidad de su ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón humana e incluso a la fe de Israel, antes de la Encarnación del Hijo de Dios y del envío del Espíritu Santo. Este misterio, que es la fuente de todos los demás misterios, fue revelado por el mismo Jesucristo quien, a través de su propia Persona, de sus palabras y acciones, nos dio a conocer las más profundas verdades acerca de Dios, entre ellas la Santísima Trinidad. Fue Él quien nos enseñó que Dios, siendo uno solo, hay en Él tres Personas iguales, y nos dijo sus nombres (Mt 28, 19). Fue Jesús quien nos reveló que el fin último de toda la economía divina, es la entrada de las criaturas en la unidad perfecta de la Bienaventurada Trinidad (Jn 17, 21).
"El misterio de la Trinidad es la fuente, el modelo y la meta del misterio de la Iglesia. La comunión de los fieles y de las Iglesias particulares en el Pueblo de Dios, se sustenta en la comunión con la Trinidad" (Lumen Gentium 1; Documento de Aparecida, Brasil, 2007, párrafo 155).
El Papa Francisco nos explica que “Dios es una ‘familia’ de tres Personas que se aman tanto que forman una sola Persona; y esta ‘familia divina’ no está encerrada en sí misma, sino abierta, se comunica a la creación y a la historia y ha entrado en medio de los hombres para llamar a todos a formar parte. El misterio de la Trinidad nos envuelve y nos estimula a vivir en el amor y en el compartir con los demás, seguros de que allí, donde hay amor, está Dios. En la Trinidad reconocemos también el modelo de la Iglesia, en la que estamos llamados a amarnos como Jesús nos ha amado. Y el amor es señal concreta que manifiesta la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y el amor es el distintivo del cristiano, como nos ha dicho Jesús: ‘En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros’”. Por eso, nuestro Sumo Pontífice nos pide que en las relaciones personales de las comunidades eclesiales, hagamos "siempre evidente la imagen de la Iglesia como icono de la Trinidad”. ¡Que así sea!
LUBIA ESPERANZA AMADOR.
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